viernes, 23 de octubre de 2009

Nietzsche y el darwinismo (c)


Sin embargo, Nietzsche va más allá en su crítica al darwinismo. Para él es un error evidente de Darwin el suponer que en la ‘lucha por la existencia’ vence siempre el más fuerte:

“Nada me sorprende tanto, al alzar una mirada sobre los grandes destinos de los hombres, como encontrarme delante de mí lo contrario de lo que hoy ven Darwin y su escuela, o de lo que quieren ver: la selección a favor de los más fuertes, de los mejor logrados, el progreso de la especie. Precisamente es lo contrario lo que se toca con la mano: la supresión de los casos felices, la inutilización de los tipos mejor logrados, el inevitable gravitar de los tipos medios y hasta de los tipos inferiores a la medida.”[1]

Nietzsche considera que no hay una progresión desde el más débil hacia el más fuerte; por el contrario, para él es evidente que los más débiles triunfan sobre los más fuertes:

“los más fuertes y los más afortunados no son mucho cuando tienen en contra suyo los instintos del rebaño, la pusilanimidad de los débiles y la preponderancia del número”[2]

Las palabras de Nietzsche están claramente influenciadas por su sensación de que está rodeado de una humanidad que aun no está preparada para su filosofía, para el asumir ‘la muerte de Dios’ como un reto a vivir con la frente en alto, creando los propios valores, y dejando de depender de valores externos, trascendentes e inexistentes. Nietzsche ve a su alrededor que es el cristianismo y su ‘instinto de rebaño’ el que ha triunfado. La humanidad ha seguido una ruta de auto-degeneración, y no de constante superación, no de constante evolución (como propone Darwin).

A mi juicio, esta crítica al darwinismo está condicionada por una mala comprensión de lo que en el darwinismo se entendía por la victoria y supervivencia del más fuerte. El más fuerte en el darwinismo es simplemente aquel que progresa fisiológicamente sobre el que no lo hace. Para Nietzsche el fuerte y el débil están siendo entendidos mucho más allá de las disposiciones biológicas. Él entiende al fuerte y al débil de acuerdo a las categorías de su filosofía. Lo débil no es entendido por Nietzsche como lo que tiene poca capacidad para sobrevivir biológicamente, sino como lo que tiene poca capacidad para ser un espíritu libre, para tomar las riendas de la existencia, para comprender que ella carece de esencias trascendentales. La sensación que a mí me queda de esta crítica nietzscheana al darwinismo es que en ella no hay una verdadera referencia al darwinismo. La crítica sirve para comprender qué es lo que Nietzsche quiere decir, pero pareciera estar jugando otro ‘juego de lenguaje’ que el que juega el darwinismo. Nietzsche habla de fuerza en el sentido de las fuerzas emocionales o espirituales, el darwinismo habla de fuerza en el sentido de fuerzas fisiológicas formadas naturalmente. Esto se hace evidente cuando Nietzsche acusa a Darwin de olvidar que la verdadera fuerza del ser humano radica más en el espíritu que en la fisiología[3]. Los espíritus libres no requieren de fuerza fisiológica para superarse, requieren de fuerza espiritual. Aquí es evidente que Nietzsche se posa en un campo totalmente diferente de aquel sobre el que está posado el darwinismo. El progreso en el darwinismo no se entiende en el mismo sentido que en Nietzsche. En este último ‘progreso’ se está entendiendo como una evolución que tiene que ver más con la autonomía y la liberación que con la supervivencia.

La sensación que me queda de la crítica que hace Nietzsche es de un escupitajo que cree haberse direccionado en una dirección determinada pero que en realidad no roza siquiera a aquello que quería humillar. Aun así, la crítica vale para entender cómo Nietzsche está en una dimensión muy, muy distinta a en la que está el darwinismo, por lo que las comparaciones en este respecto no podrían ser hechas; no porque haya contradicción, sino porque no se refieren a la misma cosa: Nietzsche no se da cuenta de eso, él cree estar asestando un golpe en lo profundo del darwinismo (y probablemente este también creyó que estaba siendo golpeado).


[1] (frag. póst.) ‘La voluntad de poder’, 678. Trad. de A. Frouff en la editorial EDAF.
[2] Ibid.
[3] Cf. ‘Crepúsculo de los ídolos’, Incursiones de un intempestivo, 14. Trad. de Andrés Sánchez Pascual.


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4 comentarios:

Anónimo dijo...

ey , espectacular como escribis , ....

Estefanía dijo...

La teoría de Darwin dice que el más apto sobrevive no que el más fuerte sobrevive

Unknown dijo...

Muy bueno. Me hiciste entender porque se dio tal "rivalidad", si es apto decir.

Anónimo dijo...

Nietzsche no critica a Darwin, ni a la teoría, al contrario, anhela que la selección se decante por la vida natural y no por un "deber ser". Niezsche observa el triunfo de la mediocridad,la rotunda falacia necesaria para adaptarse a la sociedad. Cs. sociales y naturales siguen teniendo dos objetos de estudios distintos, personificar es metáfora. ¿Puede haber una especie más inadaptada a ambiente natural que aquella que destruye su medio de vida, el aire o el agua? El ser humano es un inadaptado, en lo natural y en la sociedad, ni a dios obedece, ni a sí mismo, es irracional, es decir, caprichoso. Nietzsche no critica a Darwin por la sencilla razón de que Darwin fue un inadaptado social, vilipendiado villano, y Darwin no importo salirse del rebaño religioso y científico. Esa actitud es la que anhela Nietzsche.